De Altamira, Tamaulipas, traigo esta alegre canción y al son del viejo violín mil jaranas canto yo, a las mujeres bonitas que son de mi adoración; de Altamira, Tamaulipas, traigo esta alegre canción. Si la vida es un jardín, las mujeres son las flores, el hombre es el jardinero que corta de las mejores; yo no tengo preferencia por ninguna de las flores, me gusta cortar de todas, me gusta ser mil amores. Dichoso aquel que se casa y sigue la vacilada, que se anda jugando contras a escondidas de su amada; pero más dichoso soy yo que no me hace falta nada, tengo viudas y solteras. . . y una que otra casada...