Bajo el dolor de esa profunda llaga Con que la infiel ha muerto su esperanza Y sin más ley... La ley de su daga Que ha de apagar su sed de venganza; Miró al rival que era su propio hermano Y ante la luz del desengaño impío ¡No pudo más!... Y en un mortal desafío Mostró al varón, ya desnudo su facón. (Recitado) Y sin más juez que su honor, Después de un pujante duelo, Dejó tendido en el suelo A aquel hermano traidor. Se inclinó el paisano con dolor Sobre el cuerpo inerte del rival Y al notar que no era aquella herida mortal Miró el cielo como agradecido; Y la indigna llena de terror Se acercó, llorando, junto al ser Que cayó por ella, y por su falso proceder Bajo el acero del honor ¡Mujer fatal!... Dijo el paisano altivo, A vos también debiera castigarte, Pero tal vez... Tal vez si es que vivo, He de volver la deuda a cobrarte; Y si me voy sin castigar tu infamia Es porque sé que ese hombre necesita Que lo curés... Con la ternura infinita Que te besó, cuando al rancho yo llegué. (Recitado) Se quedó como pensando En sus muertas ilusiones Y mientras le iban surcando El rostro dos lagrimones...