Un eco devastador no tiene forma pero sí color. Es gris y está dentro de mí, él espera para salir. No hay cosa más grande que el ego del ser humano, por eso te digo: no hablo, no veo, no escucho y no siento... Por más que la luz del sol ilumine mis pensamientos, este eco desgarrado va a atormentarme en un tiempo seco. Solamente me acuerdo de tu nombre: te llamabas feliz honestidad, pero en el camino te perdí y ahora busco una jungla donde vivir. Y ahora espero zafarme de acá donde nadie busque una pelusa para que mi eco duerma por siempre...